5.15.2008

¡QUE RICO!

Acostarse agotada y
levantarse acompañada.

Despertar con calor
y seguir felizmente cansada.

Pasar todo el día
amoratada y adolorida
por culpa del masoquismo
y el sueño interrumpido.

Cobijarse con piel,
llenarse los ojos con un cuerpo,
morder hombros,
rasgar una espalda
que se contorsiona al roce.

Ver tele en la cama,
y desayunar café
- preparado por otras manos -

Olvidarse del miedo,
sin dejar de intimidarnos.

Dejamos puerta afuera
los rollos
y las ansiedades.
¡porque nos da la gana!
...para disfrutarnos uno al otro,
en COMPLETA libertad.

Oler en mi cuerpo
los olores
ajenos
que aturden y saturan
maravillosamente.
Agua cayendo sobre dos cuerpos
que se juntan
una y otra vez...

...se me vuelve infalible el tributo sabinero...


A las flores de un día
que no duraban,
que no dolían,
que te besaban,
que se perdían.

Damas de noche
que en el asiento de atrás de un coche
no preguntaban si las querías.


Aves de paso,
como pañuelos cura-fracasos.


¡Que bien la pasamos!

1 comentario:

Magdalena dijo...

Se me viene a la cabeza unos mordiscos, aruñazos, olores, movimientos, besos, caricias... no las mismas; tal vez no mejores (o sí...) pero estuvo REALMENTE RICO.
Buen tributo a esas noches de placer!