que escucho la música
que vos me enseñaste
o que aprendimos juntos.
Que me gusta
fumarme el café,
fuerte como la noche,
como a vos te gustaba.
Que disfruto
visitar esos lugares
que frecuentábamos.
Que me hace feliz
llenarme los ojos
con tu imagen en las fotos
y la mente,
con los recuerdos que inventaste.
Que - talvez -
no dejo de pelear
porque vos me contaste
- con la voz del ejemplo -
lo bien que se siente luchar
la liberación de gritar alto
y alzar los puños
con el alma cargada.
No, no dejo ir los recuerdos
porque - por vez primera -
me enamoré
y fue con vos.
Repito y revivo,
porque no quiero habitar
una ciudad donde no estés
porque me niego a perderte
...no del todo.
Te extraño
una y otra vez,
- sonriendo -
sin renunciar a mi misma
ni a ser absolutamente feliz.
........... Comulgo con Serrano:
y de no tener valor para buscarte
y cometer todo delito que este amor exija.
"Quieta ahí, tus labios o la vida".