
este pobre marinero
que no se quiere ir,
porque el corazón entero
lo tiene en esta playa
y lo llama una mujer,
diciéndole:
¡No te vayas, ven
y dejate querer!
y dejate querer!
El dialéctico enredo de vacíos y absolutos que tengo pintados en la piel que llevo a cuestas... Mezcla de sangres, ritmos y vidas opuestas-combinadas.
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