que me escapo siempre
como lluvia en las manos
que conmuevo la tierra
con los truenos al paso
que llevo en el pecho
tambores retumbando,
y agua salada con arena
corriendo por mis venas.
Me atacaron tus palabras
estando indefensa,
sin paraguas, ni botas
bajo un inclemente aguacero,
sin dolores, ni frío,
con el abrigo de la sonrisa,
la compañía del café
y el humo de los recuerdos;
la mirada fija...
y nada más.
estando indefensa,
sin paraguas, ni botas
bajo un inclemente aguacero,
sin dolores, ni frío,
con el abrigo de la sonrisa,
la compañía del café
y el humo de los recuerdos;
la mirada fija...
y nada más.
Y eso bastó.
- para convencerme -
- para convencerme -
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