6.01.2008

Otra vez, pienso en vos...

Cada vez distinto.

Talvez fueron muchas horas, talvez muy pocas...

Nos entregamos todo y a la vez nos debimos (y aun nos debemos) una vida entera de madrugadas, vino en copas de madera y frazadas de colores.

Y es que a veces me siento ajena, extraña...

Otros días soy mi versión más pura, en ausencia; entonces me dedico a tejer falsos abrazos y abrazar tejidos reales aún no olvidados que habitan el baúl de mi memoria.

En las mejores ocasiones, despierto y llueve, llueve, llueve... no para de llover. Entonces el caudal casi infinito del cielo acalla el escándalo de mis demonios, apacigua mi alma y puedo disfrutar de todo aquello que tocó tu esencia maldita y maravillosa, todo aquello que ya no existe en mi vida sin tus colores .

¿Fuiste acaso tan relevante?
¿Qué me marcó tanto?

Talvez fueron tus manos, tus trazos o acaso ni siquiera fuiste vos quien conmocionó mi galaxia, sino que la época de sonrisas en que invadiste este pequeño espacio, estuvo llena de ideales y sentimientos a los que sigo aferrándome.

Todo aquello en lo que creímos, al sueño de vivir en un mundo libre; libre para respirar, creer, trabajar; para querer sin prejuicios, sin hambre y sin intermediarios, libre para soñar en cambiar a diario.

Talvez fuiste vos, porque fuiste todo eso y más...

Y aún a veces cuando me escondo tras un teclado y la oscuridad de las madrugadas en vela, mis labios y mis versos son sólo tuyos, porque luchaste, golpeaste y fuiste golpeado, vencedor y vencido; ahí, justo a mi lado.

Porque me enseñaste a creer con la cabeza y el corazón, porque aprendí de vos muchas cosas que hoy soy, aprendí todo aquello que quiero - y no quiero - ser.

Y todo eso, te lo debo.

A vos y a los años.

Y esto es vivir, tenías razón:
"soñar, morir de a pocos, fumarnos la brisa del mar, el olor de la piel, el sabor del cristal expuesto al fuego de las manos, las luces de sal que tiñen de oro los plieges del alma expuesta"

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