
Me enredo en tus abrazos
te atrapo entre mis piernas
degusto de a poco tus sabores
me devoro tu sudor y tus jadeos
me pierdo en el carrusel
que tienta bajo tu ombligo
te trazo surcos en la espalda
muero un segundo sobre vos
sintiéndote vivir bajo mi cuerpo.
Cuando acaba el huracán...
Me meto entre tus brazos,
escondo mi cara en tu pecho,
y dejo que me arrulle tu latido.
Dormimos juntos,
desnudos,
abrazados,
extasiados.
Al despuntar el alba
me gusta sentirte cerca...
Tus manos sobre mi cuerpo,
mis muslos envolviéndote aún.
Me acurruco más en tu cuello
y me cobijo con tu respiración,
abrazo tus abrazos,
beso tus besos
y me miento...
Cierro mis ojos y por un rato,
me gusta pensar que vos
sos otro...
3 comentarios:
DEMASIADO EXCITANTE!
Este es el tipo de poema que dan ganas llevarlo a cabo a medida que se lee!!
Que excelente el final! Completamente inesperado
esteee, no sé. creo que eso es una enfermedad fatal, que hemos de llamar libertad. (robando alguna letra).
Lo que pasa es que ese "cáncer" a veces devora más de lo que debería.
Hablo solo y únicamente por mí.
sabes q nunca he atrevido a vaticinar que pasa por esa cabeza chocha -y ahora pelona- que tenés.
Publicar un comentario