Algunas noches la brisa no corre para no asustar a los pericos que duermen en el bosque. Algunas noches el bosque calla y me despoja de su arrullo y sus dulces nanas que me ayudan a dormir. Algunas noches este ruido es eterno y este bizarro silencio me aturde.
Algunas noches, también, tengo miedo.
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