ROJA... COMO LA IRA

Hoy tengo unas ganas enormes de ponerme mi pasamontañas azul que huele a nicotina añeja y mezclada entre propia y ajena, salir a la calle en turba, quebrar un par de vidrios por pura quema, manchar las paredes con jóvenes y frescos gritos urbanos de spray, consignear por las calles en nombre de la memoria olvidada, hasta gastarnos la voz y hasta que tiemblen -al menos un poco- esos que nos la deben.
A ver si acaso se me quita esta apretazón de pecho que cargo junto con más de un año de silencios. A ver si aun sangran estos y esos y aquellos puños. A ver si todavía existe la posibilidad de que algo caliente en esta ciudad. A ver si nos despertamos. A ver si nos enojamos y hacemos algo al respecto. A ver si se muere la mujer y el hombre que se acomoda, se amansa y se deja torear sin chistar. A ver si se muere el milico que algunos andan por dentro. A ver si se mueren (o matamos) los milicos que nos adversan.

A ver si la humanidad cambia antes de suicidarse.