2.11.2008

El país de las fronteras

Mi texto de la MalaCrianza (Feliz Pestobismol´s Fucking Year a todas y todos) para este mes, en defensa de quienes pertenecemos a minorías de minorías, silenciadas, marginadas y oprimidas...

Para Marissa y Pau en especial


Empiezo este malcriado 2008 con una historia casi de terror.

Hubo una vez un país donde un pueblo caluroso fue la frontera de donde no podía pasar la población negra hacia la capital blanca. Vergonzosa historia...

En ese país actualmente siguen existiendo las fronteras internas, sólo que ya no son físicas, sino mentales, pues según apuntan los lectores de la ley, una pareja del mismo sexo no debe demostrarse afecto en público... Es inmoral...

La vergüenza continúa...

Costa Rica – así se llama, aunque de rico este país no tiene nada – es un país de barreras, donde la Sala Cuarta recientemente resolvió negativamente un recurso de amparo, ya que no considera discriminante que el encargado de un establecimiento no atienda a un o una cliente porque el simple hecho de no considerar correcta su preferencia sexual.

Es más, con esta respuesta la Sala validó el argumento del agresor, quien indicó en su comparecencia que dos mujeres que se demuestran afecto en público, atentan contra los parámetros morales de la sociedad e incluso ponen en riesgo su propia seguridad.

Así, las y los magistrados parecen indicar que la mejor forma de proteger a las poblaciones históricamente marginadas, es marginarlas más.

Claro, en tiempos de campaña electoral (de referendo, presidenciales o lo que sea) y para pagar impuestos, todas y todos somos “igualiticos”, hijas e hijos de la "dulce patria"... pero para defender derechos, parece que – como los chanchos de Orwell – algunos deciden que hay unos más iguales que otros y sólo a esos vale la pena favorecer.

Mi hígado se retuerce y mi indignación se convierte en ataque sostenido de furia, de esos que una sufre cuando las injusticias perturban, cuando esta pseudo-democracia - tan modosita - le da la espalda a esas personas que de por sí, llevan años llevando palo a punta de la discriminación.

¿Razonable? ¿Es que acaso en nuestro país abolimos los derechos humanos que resguardan el derecho de una persona a determinar sus preferencias? ¿Por cuánto tiempo más seguiremos cargando el yugo moralista sobre nuestros hombros?

Discriminar es proteger... es la lección que nos da la Sala IV.

Acá poco importan las minorías (o incluso, mayorías) pues al fin y al cabo, el poder está en manos de unos pocos, que hacen y deshacen dedocráticamente con sus leyes y concesiones; sin importar las consecuencias o quienes las sufren...

Manipulan, prohíben y reprimen a pesar de vos, a pesar de , a pesar de esa persona amada, familiar o amigo que es parte de una población discriminada.

.

2 comentarios:

Andrés A. Villalobos Vargas dijo...

hoy por la mañana lo leí a todo color por cierto y en carne y hueso...

voy a coleccionar esas malacrianzas...

Daniela dijo...

Se agradece la lectura rigurosa, y también las críticas