
El mundo celebra el cese al fuego, pero no basta.
El nazismo no se calma hasta que se muera (la ideología, no la gente) y no se muere solo, hay que matarlo.
El dialéctico enredo de vacíos y absolutos que tengo pintados en la piel que llevo a cuestas... Mezcla de sangres, ritmos y vidas opuestas-combinadas.
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