Rarezas

Viendo la luna esconderse tras una nube de temporal casi a las 5:00 a.m. me acordé de todas las definiciones que he oído de mí misma...

Según Diego:
Soy Hija de Yemanyá (para l@s que no saben, la diosa del mar, los truenos y los tambores).

Según Danilo:
Soy una niña en un carrusel.

Según Pato:
No existían palabras para describirme - que triste me resulta tener que ponerlo en pasado!-.

Según Ariel:
Cuando tenía pelo largo parecía un cocker spaniel.

Según mi madre:
Nací y cumplo años el día más lluvioso de todos los años que he vivido (pueden revisar datos del metereológico) y por la costumbre de ver agua caer en días felices, no sé llorar.

Según Federico:
Si el diccionario fuera ilustrado, la palabra "caos" se definiría con una foto mía.

Según mi prima:
Me parezco a Dolores desde que me corté el pelo - no le creo, pero está chiva el piropo-.

Según mi tía:
Soy la oveja negra de la familia y eso es bueno.

Según mi hermano Juanka:
No soy la oveja negra, sino la roja (eso me gusta más) y eso es malo.

Según Adrián:
Soy una "bicho raro" que alguna vez fue "lobo estepario".

Según Jose:
Soy una trotska, versión hippie.

Según Susi:
Soy un diccionario con patas y lentes (...)

Según Labarta:
Soy otra mujer.

Según el otro Adrián:
Vengo de Orión y busco volver a casa - que loco está ese mae! -.

Según mi hermano Iván:
Estoy simplemente loca y eso me hace genial.

Según mi hermanito menor:
Soy la menor desplazada (se ríe cuando lo dice).

Según otros:
Soy lo peor que les pasó en la vida - perdón! -.

Según Sandra:
Soy la niñera comunista y eso me hace culpable (por suerte).

Según mi papá:
Soy simple y puramente Daniela.

La última es definitivamente mi favorita.