De vuelta...

...y en llamas.

Ya me cansé de castigar al blog - que al fin y al cabo, aunque sea un gran indiscreto, es parte de mi misma - así que volví para contarles que:

Ellas son las nenas más ricas que conozco,
hermosas y coloridas por dentro y por fuera,
deliciosas, ardientes, dulces, peligrosas
ocurrentes, solidarias, inteligentes, graciosas
contagiosamente sanas y sonrientes,
son - dijo una de ellas - además de adorables... ¡adorables!
y es precisamente por eso
que no se dejan de ningún hijueputa,
porque en esa acera en la que transitan
los tres pares de tacones (relucientemente nuevos)
a veces producen tropezones y uno que otro morete,
pero nunca, nunca... una caída irreparable.

Definitivo... quien no aproveche de su cercanía para contagiarse con toda la vida y las buenas vibraciones que estas maes llevan dentro, es un/a idiota, así sin más ni más.

¡Sálvese quién pueda, que hay material inflamable derramado en el suelo de nuestra ciudad!