3.08.2009

Irazú

El frío, la lluvia, las carcajadas, las cenizas y las nubes. La mañana, el cuerpo, Cartago, el café y los abrazos. El bit, la sopa negra, las tarjetas y el sillón. El agua, las sombras, el baile, el vaho y los ojos...
...los ojos, sobretodo.

A veces adoro esta locura de amarme tanto esta soledad absoluta. Laica, sonriente, dura y ruidosa. Como la laguna verde encantadora.

Y es que de vez en cuando, últimamente, esta turbia sensación de que no estés, me satura la piel de pura y llana humanidad.

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